miércoles, 6 de noviembre de 2019

El Ajo y sus propiedades


El Ajo.


El Ajo es una planta perenne con hojas planas y delgadas, de hasta 30 cm de longitud. Las raíces alcanzan fácilmente profundidades de 50 cm o más. El bulbo, de piel blanca, forma una cabeza dividida en gajos que comúnmente son llamados dientes. Cada cabeza puede contener de 6 a 12 dientes, cada uno de los cuales se encuentra envuelto en una delgada capa de color blanco o rojizo. Cada uno de los dientes puede dar origen a una nueva planta de ajo, ya que poseen en su base una yema terminal que es capaz de germinar incluso sin necesidad de plantarse previamente. Este brote comienza a aparecer luego de los tres meses de cosechado, dependiendo de la variedad y condiciones de conservación. Las flores son blancas, y en algunas especies el tallo también produce pequeños bulbos o hijuelos.

Originario de Asia, el ajo (Allium sativum) es una hortaliza que pertenece a la misma familia que las cebollas, las liliáceas. En realidad, el ajo es una agrupación de pequeños bulbillos (dientes de ajo).

Cuanto más tierno y claro es el ajo, más agradable y suave será su sabor.








Una Joya para la Salud.


Siendo un ingrediente natural y esencial en la dieta mediterránea  es empleado desde muy antiguo como condimento, ya los antiguos egipcios lo consumían hace 6.000 años y los griegos lo reconocían tanto por sus propiedades culinarias como medicinales.
Se sabe que los monjes medievales para protegerse de la peste masticaban los dientes de ajo ( de seguro un aliento horrible pero si estaban protegidos, seguro no les importaría ) y durante las dos guerras mundiales del siglo XX, con la escasez de antibióticos, se emplearon los ajos para evitar la infección de las heridas.
El ajo tiene fama reconocida como alimento saludable de uso alternativo de fármacos por la presencia de componentes antioxidantes ricos en azufre, como la aliína. Sustancia inolora que en contacto con el oxígeno del aire, se convierte en alicina, responsable de su característico y penetrante olor. Además la alicina se transforma en compuestos azufrados de interesantes propiedades.



Propiedades terapéuticas.


  • Antiséptico, antibiótico y antimicótico. Excelente aliado contra infecciones.
  • Depurativo. Ayuda con la eliminación de toxinas del organismo, contribuye a la formación y regeneración de la flora intestinal.
  • Anticoagulante. Mejora la circulación de la sangre.
  • Baja la fiebre.
  • Reduce grasas en sangre. disminuyendo los niveles de colesterol "malo", protegiendo corazón y arterias.
  • Refuerza las defensas. Ayudando así al organismo a estar protegido.
  • Reduce la tensión arterial. Ideal y muy necesario en la dieta de hipertensión y la aterosclerosis, siendo recomendable un consumo de tres dientes diarios. Para evitar su olor, se puede optar por las capsulas o extractos.
  • Expectorante. Muy útil en afecciones respiratorias, asma, bronquitis aguda o crónica. Los suplementos de ajo ayudan a prevenir y reducir la gravedad de enfermedades comunes como la gripe o el resfriado común.
  • Antioxidante.  Pudiendo ralentizar o prevenir el desarrollo de algunas enfermedades. Alzheimer y demencia.
  • Regula la glucemia. Normaliza los niveles elevados de glucosa en sangre.
  • Regula función tiroidea. Por su riqueza en yodo, es especialmente útil para el hipotiroidismo.
  • Efectos anticancerígenos.
  • Previene debilitamiento por envejecimiento. También contra cardiopatías y otros trastornos relacionados con la edad avanzada. La ingesta de un ajo al día puede aumentar la longevidad con calidad de salud.
  • Antiverrugas. Gran poder virucida. 
  • Salud osea.  Según estudios realizados en roedores han demostrado que el ajo posee efectos beneficiosos en la salud ósea al incrementar los niveles de estrógeno en hembras. No obstante, es necesario realizar más estudios en seres humanos.



Valor nutritivo del ajo

Su contenido calórico es de 114 kcal por cada 100 g. Sus componentes mayoritarios son el agua, los hidratos de carbono (24,3%) y la fibra (1,2%). En menor proporción, contiene proteínas (5,3%), grasas (0,23%) y minerales como cinc (1,1 mg/100 g), fósforo (134 mg), calcio (17,8 mg) y hierro (1,2 mg), y algunas vitaminas, entre las que destaca la vitamina C (14 mg) y en menor cantidad B1 (0,16 mg) y B2 (0,02 mg) e indicios de vitamina A.